El tercer criterio de la Comisión de Autoevaluación Institucional puso al centro de la mesa nuestro Plan de Desarrollo, que en el último par de años ha incluido ajustes necesarios para su perfeccionamiento.
El pasado miércoles 11 de julio se desarrolló un nuevo conversatorio a cargo de la Comisión de Autoevaluación Institucional, el que esta vez tuvo la misión revisar nuestro Plan de Desarrollo Estratégico Institucional (PDE). Este tercer criterio se enmarca en la dimensión de Planificación y Desarrollo del Proyecto Institucional, que evalúa la capacidad con que la institución cumple su misión y propósitos a través de la planificación, desarrollo, ajuste, sistema de gobierno y la estructura organizacional del proyecto educacional.
De forma específica, este criterio se refiere al cumplimiento de un plan estratégico explicito, que le permita al instituto proyectar la acción futura en todos los aspectos de desarrollo. Análisis que se abrió con las relatorías de la Dirección de Planificación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad (DIPAC) y del área de Gestión Institucional, además de la participación de académicos y directivos invitados.
En la jornada se abarcaron tres aspectos claves para identificar falencias y fortalezas de nuestro sistema de planificación estratégico, los que fueron registrados de manera integrada en el acta final debido a su interrelación. En cuanto al primer punto, éste se relaciona con el que la institución formule e implemente planes de desarrollo periódicos y vinculantes, que consideren tanto a su misión como al diagnóstico de las condiciones del medio externo. Dichos planes de desarrollo estratégico deben comprometer a los recursos humanos, financieros y capacidades institucionales requeridas, además de indicar de forma clara las prioridades y metas institucionales en base a indicadores, las instancias, mecanismos y periodos apropiados de monitoreo, control y su ajuste.
La discusión de estos aspectos y del criterio en general requirió de una contextualización previa, que permitió tener en cuenta varios antecedentes y acciones que se hicieron luego de que nuestra situación de acreditación cambiara en 2016. Así, considerando ésta realidad y la reorientación del proyecto educativo de IPLL, se realizó una restructuración al PDE 2016-2020 para sentar las bases hacia un desarrollo académico y administrativo que permita llevar el proyecto a mediano y largo plazo, manteniendo como directrices básicas a nuestra misión, visión y propósitos.
Luego de una primera etapa de Diagnóstico, se consideró refocalizar el trabajo de los próximos años considerando los aspectos de: institucionalidad, sustentabilidad financiero-económico y desarrollo estudiantil, presentes en las siguientes etapas de modificación del PDE anterior: Evaluación, Jornadas de Planificación y Validación.
Las fortalezas identificadas para este criterio parten con reconocer la capacidad de adaptación al cambio demostrada por nuestra institución. Hoy en día el Plan tiene considerado una etapa de control para monitorear su buen funcionamiento, mientras que su socialización se incluye en el proceso con una estrategia comunicacional exclusiva. Finalmente, gracias al conversatorio se pudieron identificar mejoras del plan en curso.
Todos estos cambios, sus antecedentes, contexto y su evaluación propiciaron la base de una reconfiguración para que nuestra institución pueda asegurar su desarrollo tanto como para nuestra comunidad, como para los futuros miembros que la conformarán.