Con nuestra misión y propósitos por delante, el análisis del sistema de nuestra normatividad y reglamentación, se configuró como el motor de una buena gestión institucional durante el primer conversatorio que sostuvo la Comisión de Autoevaluación.
El pasado 14 de junio se desarrolló el primer conversatorio de seis, que sostendrá la Comisión de Autoevaluación de cara al Proceso de Acreditación Institucional. Para esta ocasión, el criterio de Integridad Institucional y sus aspectos marcaron el eje temático de la cita.
Según registró Alein Herrera, Coordinadora de los conversatorios, ‘‘la acreditación durante la primera etapa es una imagen de la institución, una fotografía que debe ser capaz de proyectarse en el tiempo, siendo coherente cada una de esas fotografías que van a resultar periódicamente en el tiempo’’. Por eso la pertinencia del tema a discutir, ya que la Integridad Institucional tiene que ver con la dirección que sigue la institución a partir de las directrices de la misión, resguardando el cumplimiento de sus propósitos.
La Integridad Institucional contempla la normatividad tanto del funcionamiento académico, como la de la normatividad de la regulación, que incluye los derechos y deberes de los estudiantes. Así, la institución debe velar por tener una buena gestión institucional a raíz de una planificación que se ajuste a su proyecto, sistema de gobierno y estructura organizacional, manejando información clara y reflejando su compromiso.
Con la participación de nuestro Rector, Fernando Vicencio; el Presidente del Directorio, Luis Riveros; la Vicerrectora Académica, Violeta Castillo; el Vicerrector de Administración y Finanzas, Sergio Reszczynski; el Secretario General, Juan Claudio Escobar; la Directora de Admisión y Comunicaciones, Ana Elisa Gómez; el Director de Planificación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad, Reinaldo Cifuentes; y Alein Herrera, como responsable de acta, se lograron identificar las principales debilidades y fortalezas que presenta nuestra institución según este criterio.
Entre las primeras, se considera que existe una desregulación requiriéndose un sistema de generación de normas, lo que ya se está trabajando gracias a la restructuración de la normativa interna. Como consecuencia de lo anterior, también existe una deficiencia en la estructura, además de la falta de un organigrama, punto que ya considera en la formalización del proceso de dictación de normativas.
Por otro lado, entre las fortalezas se reconoció a la reglamentación existente (como el reglamento académico que regula el ciclo de vida de los estudiantes) y los recientes avances concretos como un nuevo estatuto y reglamento general alineados con la misión, visión y propósitos institucionales, la actualización del contrato de prestación de servicios educacionales que establece, de forma clara, derechos y deberes, y el nuevo organigrama con cargos y funciones, perfectamente definidos.
Para que toda esta implementación funcione dentro del poco tiempo que requieren, uno de los desafíos más próximos corresponde a mantener informada a nuestra comunidad educativa, además de avanzar en tareas pendientes como, por ejemplo, actualizar los perfiles de los cargos.
Este primer conversatorio dejó temas particulares ya zanjados y develaron otros necesarios de continuar desarrollando, conclusiones que ya fueron registradas en su acta final correspondiente -documento que se emite en cada uno de los encuentros-, así la información levantada se formaliza para que nuestra Comunidad Leona continúe trabajando sobre ella e incluirla, posteriormente, como evidencia en el Informe Final de Autoevaluación.