El sexto criterio discutido permitió evaluar la facultad del IPLL para actuar según sus objetivos, realizar evaluaciones y diagnósticos con el fin de mejorar su quehacer.
El último aspecto analizado por la comisión encargada de evaluar la capacidad del instituto profesional para cumplir su misión y propósitos, se desarrolló el pasado miércoles 22 de agosto y tuvo como tema central nuestra Capacidad de Autorregulación.
Este sexto criterio se define como la capacidad institucional de actuar coherente y sistemáticamente con los propósitos declarados, de evaluar los resultados en base a información válida y objetiva, haciendo diagnósticos que permitan formular o ajustar planes de mejoramiento que se aplican formal e integralmente en todas sus áreas de gestión, contenidos evaluados a través de cuatro aspectos que permitieron abarcar el tema de manera más detallada.
El primero contempló el que la institución utilice mecanismos formales y sistemáticos de evaluación en sus procesos y resultados, permitiendo evidenciar y verificar los avances en el cumplimiento de sus compromisos y su impacto en los estudiantes y en el medio. A partir de esto, se desprende la realización los correspondientes diagnósticos evaluativos, basados en evidencia documental, para diseñar e implementar acciones de mejora continua.
En tercer lugar, teniendo en cuenta que nuestra institución opera en distintas ubicaciones y jornadas ésta debe reunir un conjunto de requisitos, procesos, mecanismos y recursos que garanticen el cumplimiento de los Perfiles de Egreso en condiciones equiparables de calidad. Adicionalmente, la extensión de las normas que van en resguardo del aseguramiento de la calidad educativa deben abarcar todas las actividades docentes de otra índole desarrolladas.
En la discusión se concluyó que IPLL tiene una gran parte de este camino recorrido. Algunas referencias de mecanismos formales y sistemáticos son los nuevos Estatutos y Reglamento General, el Plan de Desarrollo Estratégico Institucional y nuestro Modelo Educativo basado en Competencias. Asimismo, entre las herramientas de autorregulación, se consideró la función de las actas vinculantes, la Memoria Anual de la institución, la Encuesta de Evaluación Docente, los Estudios de Satisfacción de Estudiantes, Procesos de Autoevaluación Institucional y de Programas, la Evaluación de Desempeño del Personal, la Jerarquización Docente, entre otros.
De esta forma, los pasos a seguir contemplan el análisis de cuáles mecanismos se deberían mejorar para sortear los obstáculos que emerjan en términos de regulación institucional, como el conseguir nuestra acreditación. Por el momento, la información generada por dichos mecanismos identificó como principal debilidad la percepción de nuestra infraestructura, que no respondería satisfactoriamente a partir de una comparación realizada con otros institutos. Sin embargo, las fortalezas son mayoría. La existencia de mecanismos de regulación y de autorregulación, nuestra sólida estructura financiera y los positivos indicadores resultantes del Informe de Brechas, que considera el panorama de nuestros alumnos (matrícula y retención 1er año), inmuebles, laboratorios y talleres, y el equipamiento de biblioteca, entregan los insumos para trabajar en planes de mejoramiento.
Las conclusiones de este conversatorio serán analizadas en función del total de las jornadas de diálogo que sostuvo la Comisión de Autoevaluación Institucional desde el mes de junio, información que permitirá profundizar e identificar un panorama general de nuestra institución en Informe Final de Autoevaluación Institucional, que culmina una etapa de la acreditación y permite el ingreso a otra.